Plan antiprocastinadores: ¿por qué estás postergando el emprender o iniciar un proyecto?
¿A dónde va el tiempo cuando nadie lo mide?
El tiempo es esa constante, ese presente del que debemos estar siempre conscientes. "¡Mira la hora!", "¿ya son las 3:00?". No podemos evitarlo, desde pequeños nos enseñan a que el tiempo está directamente relacionado con nuestra existencia y, conforme crecemos, nos hacemos más consciente de su peso; por lo que se convierte en el bien más preciado.
Resulta tan importante que, derrocharlo, o no aprovecharlo al máximo -como la frase insigne "vive cada día como si fuese el último"- es considerado como una atrocidad. Algo tan ruin que incluso la religión católica lo ha considerado como un pecado: la pereza.
Para las empresas, su equivalente -la improductividad- es una verdadera preocupación. De acuerdo con el estudio "¿El compromiso de empleados es el impulsor del éxito?", realizado por la consultora de negocios Coleman Parkes Research, la baja productividad laboral llega a costar hasta 815.5 millones de pesos anuales a las grandes empresas en México. Lo que hace que las empresas busquen erradicar este vicio y enfocarse en la productividad.
Pero el problema radica en que no entendemos lo que es la procastinación ni la fuerza motora de esta. Sólo vemos números y, como líderes de área o de negocio, alentamos a nuestro equipo a trabajar, "ponerse la camiseta", como si no tuviesen suficiente culpa por no cumplir con las responsabilidades; como si no se les hubiese educado para tener remordimiento por dejar que el tiempo se diluya.
¿Qué hacer cuando la culpa no funciona y el equipo no está suficientemente comprometido? ¿Qué hacer cuando se quiere iniciar un negocio y no se sabe por dónde, se aplazan las ideas y los planes de acción?
Para escribir sobre esto, busqué la palabra procastinación en Google (googlé), y me encontré frente a miles de opciones para resolver el problema -sin antes tratar de entenderlo:
- 20 estrategias para dejar de procastinar
- La estrategia para dejar de procastinar hoy mismo
- Así puedes dejar de procastinar
¿El que procastina es un holgazán?
A la gente le encanta culpar a los procrastinadores por su comportamiento, pues, para un ojo inexperto, es más sencillo confundir la procastinación con la pereza.
El psicólogo social Devon Price escribió un increíble artículo para entender qué hay detrás de la procastinación y esta es su conclusión: no es flojo quien procastina, sino que hay una serie de factores que determinan el que no nos animemos a comenzar algo o que lo aplacemos.
La psicología social ha sido capaz de explicar la procastinasión como un problema de funcionamiento, no como una consecuencia de la pereza. Cuando una persona no puede comenzar un proyecto que le interesa, generalmente se debe a:
- Una ansiedad de no ser "lo suficientemente bueno"
- Confusión sobre cuáles son los primeros pasos de la tarea.
De hecho, la procastinación es más probable cuando la tarea es significativa y te preocupas por hacerla bien. Cuando estás paralizado por el miedo al fracaso, o ni siquiera sabes cómo comenzar una gran tarea, es muy difícil pasar a la acción.
No tiene nada que ver con el deseo, la motivación o la honestidad moral. Los procastinadores pueden trabajar por horas; pueden sentarse frente a un documento de texto en blanco, sin hacer nada más, y torturarse a sí mismos. Puede acumularse la culpa pero nada de eso hace que iniciar la tarea sea más fácil. De hecho, la intención de tener las cosas hechas puede empeorar el estrés.
La solución, de acuerdo con Devon, consiste en buscar lo que está realmente frenando al procrastinador. Si la ansiedad es la principal barrera, el procrastinador necesita alejarse de la computadora, libro o documento en el que esté intentando trabajar y hacer una actividad relajante.
Eso es lo que se necesita para generar un buen plan anti-procastinación.
El temor detrás de los nuevos emprendedores
Una vez que comprendimos que la procastinación es un comportamiento que puede ser motivado por el temor de fracasar o no saber por dónde empezar, es que se vuelve más claro el por qué muchos deciden no emprender: la idea de negocio no es buena o suficientemente innovadora; hay demasiada competencia; se necesita de cierto capital o conocimientos técnicos.
Son miles las dudas que pueden frenar a un emprendedor. Pero empieza por algo sencillo: desarrolla tu idea y ten un plan. Roberto Carlos, creador de Factor WoW, define que para tener un buen plan de acción, basta con desarrollar 3 elementos.
1. Definir los pasos: ya sea con algo muy sencillo, por ejemplo, si quieres iniciar una pastelería: ¿dónde te piensas instalar? ¿Qué elementos necesitas para que funcione? ¿Qué debes comprar y dónde?
2. Definir a los responsables: ¿cuentas con un equipo? ¿Necesitas conseguir uno? ¿Qué le corresponde hacer a cada quién?
3. Definir los tiempos: tal vez el aspecto más importante; al definir el tiempo para acción, ya sea comprar un horno, conseguir un lugar para tu negocio, etc., con esto te mentalizas para llevarlo a cabo. Defines objetivos y poco a poco vas concretando tu negocio.
"Para tener un plan de acción es conveniente tomar tu gran meta (iniciar un negocio) y fragmentarla en pequeñas metas que deben ser logradas. Sólo hay que tener constancia y cumplir la meta diaria; con disciplina, pasión y enfoque, no hay nada que se interponga entre tú y tu meta", Roberto Carlos.
La gente no elige fallar o decepcionar. Nadie quiere sentirse incapaz, apático o ineficaz. Si observas a una persona y solo ves pereza, te están faltando detalles clave. Siempre hay una explicación, el hecho de que no puedas verlos, o no los veas como legítimos, no significa que no estén allí.
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