La marcha de las 20 millas: ¿cómo diseñar un Plan Estratégico que te permita superar cualquier tormenta?
En el año de 1912, dos grupos de excursionistas decidieron emprender el camino para conquistar el hasta entonces inexplorado Polo Sur. El primer grupo fue liderado por el inglés Robert Falcon Scott y el segundo por el noruego Roald Amundsen. Ambos partieron de sus campamentos con muy pocos días de diferencia con el objetivo de recorrer 1,300 kilómetros.
El inglés tuvo la idea de caminar todo lo que pudiera pero sólo en los días con buen tiempo; los días con mal tiempo montaban un campamento para refugiarse. El noruego, en cambio, decidió que, aunque lloviera, nevara, pasara lo que pasara, él y su equipo debían caminar 20 millas a diario. Se programó, estableció su plan y fijó una fecha para llegar a su meta. ¿Cuál crees que fue el enfoque correcto?
Los noruegos llegaron en el día previsto mientras que los ingleses lo hicieron 5 semanas después. Los ingleses, al no seguir un plan tan definido llegaron completamente exhaustos, por lo que, de regreso al campamento, la mayoría no soportó el viaje y perdió la vida; Scott tampoco lograría volver.
Esta historia que es parte del libro “Great by choice” del autor Jim Collins, demuestra a las empresas algo crucial: quienes sobrevivirán a los próximos años serán los que tengan su plan de 20 millas. Es decir, quienes cuenten con un plan que les indique lo que deben lograr, sepan cuál es su enfoque diario, tengan claras sus métricas, KPIs y el esfuerzo diario a invertir. Pero, sobretodo, que sean capaces de ejecutar este proyecto disciplinadamente aunque llueva, haya tormentas, volatilidad política, económica y social.
Para diseñar tu plan estratégico necesitas preguntarte qué es lo importante o qué debe lograr tu empresa este año. Los líderes de pequeñas y medianas empresas generalmente tienen la creencia de que, para hacer crecer sus empresas, la prioridad debe ser aumentar sus ventas. Esto no es necesariamente cierto. Un negocio es toda una estructura que atraviesa por distintas etapas de crecimiento que requieren de un enfoque distinto.
¿En verdad es importante para tu empresa crecer ventas? Tal vez la prioridad para este año sea conseguir estabilidad, dejar de perder dinero, tener mejores márgenes, diseñar sistemas y procesos replicables, mejorar tu servicio para conservar a tus clientes, digitalizar todo el negocio para operar en la nueva normalidad; en fin, otras cosas que no necesariamente sea “vender a toda costa”. Es muy importante que te hagas las preguntas estratégicas que te ayuden a hacer la planeación correcta y que definas los números críticos para este año.
También debes entender que si bien el panorama actual es crítico, podría ponerse mucho peor. Ante esto necesitas la flexibilidad de adaptar tu modelo de negocios y elaborar tu plan considerando el peor escenario en el que te puedas encontrar. Haz tu plan con crecimiento sobre lo que quieres lograr, pero también haz un plan negativo que contemple el escenario más complejo. Tus gastos siempre deben ir por debajo de lo que es tu plan negativo para que no dejes de ser rentable en ningún momento. Si te va mejor de lo planificado, entonces tú y tu empresa estarán satisfechos con los resultados.
¿Cómo diseñar un poderoso plan estratégico?
Lo más importante de un plan es que logre comunicar, de forma sencilla, la estrategia de tu empresa y que tu equipo lo pueda entender, alinearse, enfocarse y ejecutarlo. El problema es que los líderes empresariales han sido educados tradicionalmente para diseñar planes muy elaborados y hasta con ideas contradictorias imposibles de implementar.
Antes de elaborar tu plan es importante que te hagas las preguntas estratégicas que te ayuden a hacer la planeación correcta. ¿Qué es lo más importante para mejorar tu negocio en lo que queda del 2021 y para 2022?
1. Tu plan necesita comunicar tu propósito o tu por qué, ya que esto expresa el impacto que tu empresa quiere tener. Las empresas en crecimiento saben dónde quieren estar los próximos 10 o 20 años. Tal vez te parezca una locura pensar en el largo plazo el día de hoy, pero es crucial saber a dónde quieres llegar cuando prevalece el caos y la ruta cambia constantemente.
Como consultor me he dado cuenta que la mayoría de las empresas no tienen claro su propósito y les cuesta responder a quienes son. Esto provoca que tengan diferentes ideas sobre a dónde quieren llegar. Si aún no tienes claro tu propósito enfócate en lo que dice Peter Diamandis “encuentra algo por lo que morirías y vive por ello”.
2. Tu plan necesita comunicar tus objetivos (de 3 a 6 años): con promesas de marca cuantificables para tus clientes y que resuma algunas de las principales capacidades y enfoques clave que tu empresa debe seguir en ese periodo de tiempo.
No esperes a tener un gran plan que puede llegar demasiado tarde. Nos encontramos en la expedición de un camino inexplorado, un camino que será determinante para tu empresa. Tu marcha de las 20 millas te preparará para lo que venga y, si nos va bien este año, los que tuvieron disciplina serán a quienes les irá mejor.